Pancha estaba caminando por la calle una vez con Lucha y de repente vio a un grupo de personas, y Lucha le dijo que estaban hablando de ellos. Entonces, esa noche, Pancha no pudo dormir, en su lugar se paseó de un lado a otro preguntándose qué podrían estar diciendo: "Bolsas viejas y feas". Quería ir a llamar a las puertas de esos chismosos. Empezó a morderse las uñas e imaginó que se le caía el pelo. Al día siguiente decidió ir a tocar las puertas de los que se habían atrevido a chismorrear sobre ella, y qué sorpresa tuvo cuando le dijeron que en realidad habían estado hablando de la cosecha, del maíz, del café y del frijol.

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Fotografía y texto de Cristal Michelle Agudelo Manco

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