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Se puede quedar la familia sola en casa tranquilamente

Wilson y Myriam son mis papás y en su haber hay miles de recuerdos dolorosos que fueron causados por la guerra: asesinatos, temor, amenazas. Pero no voy a profundizar más en esos recuerdos. Ellos ahora se sientan en la acera a ver pasar la gente, a disfrutar de su compañía y agradecer que, por esos azares de la vida, aún están juntos. Las cosas han cambiado ya podemos disfrutar en nuestras casas sin ningún temor a que van a venir los armados a desalojarnos de nuestras casas o incluso a llevarse a cualquier miembro de nuestra familia. 

Fotografías y texto de: Francy Catherine Guisao Monroy

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